Los gestos de las mentiras de Fernández de Kirchner
Cristina, revelada por sus gestos
El especialista en comunicación no verbal Sergio Rulicki
analizó la gestualidad de la Presidenta en su libro “Las caras de la mentira (y
de la verdad)”. Su análisis de la mímica de CFK.
Es justo allí donde el especialista en comunicación no
verbal Sergio Rulicki posó sus ojos para escribir su libro Las caras de la
mentira (y de la verdad), de la editorial de Luis Majul, Margen Izquierdo, en
especial el capítulo dos, “Manos que hipnotizan”.
Es que además de llevar joyas valuadas en más de 30 mil
dólares (en su mano izquierda: un Rolex President que cuesta cerca de 20 mil
dólares y un anillo de oro blanco y oro amarillo de 18 quilates, al que llaman
solitario con brillante cuyo valor oscila los 10 mil dólares; y en la derecha:
uno con zafiro de oro y platino valuado también en 10 mil dólares), las manos
de Cristina nos dicen muchas veces más que sus discursos.
Uno de los gestos más recurrentes de CFK son las “batutas”.
Como si fuera una directora de orquesta, apela a sus manos como marcadoras del
ritmo de la enunciación. “Constituyen un recursos kinésico muy eficiente, dado
que tiene efectos sobre la capacidad cognitiva de mantener la fluidez verbal de
manera prolongada”, explica Rulicki.
La mandataria también suele levantar su dedo índice
extendido a la altura de sus ojos. Así, sostiene el especialista, busca “guiar
la mirada del interlocutor para que establezca contacto” con sus propios ojos.
“Es utilizado para enganchar la atención de los demás y decir algo que se
considera de gran importancia, o como medio para tomar la palabra e interrumpir
al otro”, afirma. Además, sirve como equivalente de un signo de exclamación que
“reclama, y en general logra, que los destinatarios dirijan la mirada hacia el
emisor, cesen de hablar y se avengan a escuchar”.
La Presidenta muchas veces habla del fallecido ex mandatario
Néstor Kirchner, al que se refiere como “Él”. Cuando lo menciona, suele apuntar
hacia arriba con su dedo índice. “Es un resabio inconsciente de que se
fundamenta lo que se dice con la apelación a un poder superior”, fundamenta
Rulicki. No obstante, también conlleva “el sentido de la admonición y el reto”,
añade.
El gestito de “idea”, que inmortalizó Carlitos Balá, es otro
de los favoritos de los políticos en todo el mundo. “Unir la punta de los dedos
pulgar e índice cumple la función de ilustrar la idea de ‘exactitud’”, afirma
Rulicki. No obstante, también puede ser utilizado para mentir: “Se trata de un
gesto que tiene gran capacidad de persuasión, y por eso los políticos lo
utilizan a menudo cuando quieren reforzar la idea de que aquello que describen
con palabras se corresponde con la realidad, aunque esto no sea necesariamente
cierto”, dice. CFK no es la excepción a esta regla.
Tras perder las elecciones primarias, Cristina pronunció un
discurso en Tecnópolis en la que ratificó a rajatabla su modelo de Gobierno,
criticó a la oposición por ser jugadores “suplentes” de los verdaderos
intereses que enfrentan su proyecto. Allí desplegó una mímica que Rulicki
asocia a la supervivencia. “Los políticos a menudo revelan sus intenciones
agresivas hacia sus rivales o temas de agenda, realizando un gesto en el que la
mano toma la forma de una garra”, describe y le otorga un peso preponderante a
las uñas, como metáfora de garras, para marcar control y dominancia.
“El canto de la mano puede moverse como si fuese un hacha,
una sierra o un elemento punzante. Cuando la mano abierta se coloca en forma
perpendicular y se hace movimiento como si se cortara algo de un golpe, se está
reforzando la idea de afirmación o negación. Deslizar la mano hacia adelante en
esta posición transmite la idea de que se ha tomado la decisión de seguir un
determinado rumbo, y que no se está dispuesto a cambiar”, desglosa Rulicki. El
discurso postelectoral, al hablar de desendeudamiento, fue un claro ejemplo de
que Cristina no tiene intenciones de correrse un centímetro de su modelo.
Sin embargo el gesto más característico de la Presidenta es
llevar la palma de la mano hacia adelante casi como una señal de “stop”. Sus
imitadores, como Fátima Florez o Martín Bossi, lo han elegido como la marca
registrada de CFK a la hora de interpretarla. ¿Qué significa? Así lo explica
Rulicki en su libro sobre la mímica de los políticos: “Es un gesto regulador
cuyo sentido implica definir y mantener la distancia, marcar un límite. Es
utilizado ante un intento de interrupción para enfatizar que se desea continuar
hablando, y también para reforzar el intento de tomar la palabra”.
Fuente: http://web.clarin.com/politica/dicen-manos-Cristina-Kirchner_0_987501560.html
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